therror

De poco a nada sabía acerca de Jojo Rabbit fuera de que Scarlett Johansson estaba en ella. Conforme me enteré un poco de la trama, mi reacción fue de escepticismo, pero conforme llegaban los comentarios positivos, tenía que formarme mi propia opinión.

Pensaba que era difícil que una película con este tipo de humor fuera contendiente al Oscar, pero he de confesar que con cada minuto se hacía más viable esa idea. Jojo Rabbit es rara, excéntrica, graciosa, tensa y brutal—una combinación que no recuerdo haber visto en la pantalla grande, mucho menos disfrutarla tanto.

Taika Waititi demuestra por qué se ha convertido en ídolo dentro de la industria, no solo dirigiendo y escribiendo, también incluso actuando. Jojo Rabbit le da un giro muy interesante a la historia de un niño en la guerra, y por mucho que Ford v Ferrari se haya convertido en una de mis películas favoritas de la historia, Jojo Rabbit no se queda atrás y siento que tiene muchas más posibilidades de ganar el Oscar a mejor película.

Todos tenemos héroes, personalidades que admiramos, seguimos y un día, aspiramos a ser como ellos. Pueden ser mundialmente conocidos, o parte íntima de nuestra vida. Estas personas nos ayudan a tomar decisiones pensando en lo que harían si estuvieran en nuestros zapatos.

Qué pasaría si tuviéramos lo contrario—personas a las que definitivamente no quisiéramos imitar? Nos servirían como guías de lo que no debemos hacer? Pienso que sí.

Cuando estaba en la carrera, mi primer clase de marketing era un oasis educativo, ya que después de muchos años de estudiar cosas que no me interesaban, por fin llegaban las materias que definirían mi vida laboral. La maestra en la primer semana nos pidió comprar Dirección de Marketing, un libro de 700 páginas. Las semanas dieron pie a los meses y de pronto ya estábamos al final del semestre y habíamos leído tan solo el 10% del libro. Un compañero, Gabriel (no es su nombre real) compartió su sentir del desperdicio de comprar algo que fue utilizado muy poco. Pensé en contestarle que lo podía leer por su propia cuenta, no tenía que serle asignado para tener permiso, pero me detuve pensando en que yo tampoco lo había hecho.

Las siguientes noches las pasé leyendo el libro, esto me llevó a encontrar el tipo de lectura que disfrutaba: diseño, psicología, liderazgo, historias de éxito, negociación, y marketing.

Ciertamente Gabriel no era un mal tipo en todos los aspectos de su vida, pero era un poco incongruente—hablaba de los efectos negativos de la globalización mientras vestía el jersey de su equipo favorito de Holanda. Esos rasgos de personalidad podemos tomarlos para guiar nuestras decisiones, imitándolos o evitándolos.

Mucho he escuchado de la producción de 1917, una película que trata de simular estar hecha completamente en una sola toma. Claramente una idea así no tendría que ser fácil, y la logística detrás de ella sería impresionante, por lo que ver el resultado final causó mucha curiosidad en mí.

Es impresionante ver escenas ininterrumpidas por varios minutos que involucran múltiples actores, líneas de diálogo, extras y movimientos de cámara, y hay un par que no me imagino ni cómo lo pudieron lograr. 1917 será recordada como una película que rompió una barrera en la cinematografía, y seguramente vendrán otras que la tomen como guía e inspiración.
Dicho sea esto, creo que esa visión de seguir tan de cerca a los personajes en tiempo real ocasionó limitaciones que afectaron a otras áreas, especialmente la trama. No digo que sea mala, pero en otras películas toda la historia de 1917 pudo ser simplemente una escena de una par de minutos.
Pero nada le quita el hecho de que es una gran película que en cada momento nos mantiene al borde de la butaca.

Pocas cosas que sean tan propias de la humanidad como la competencia. Desde que tenemos juegos, tenemos a quienes se retan por hacer eso que hacen los demás, pero lo más rápido posible. Y con los videojuegos no fue diferente; a quienes no les parecía suficiente completar un juego; tenían que hacerlo lo más rápido posible.

Esta idea dio pie a lo que hoy se conoce como speedrunning, mismo que hace diez años motivó un pequeño evento en un sótano invitando a los espectadores a donar a una caridad mientras se terminaban juegos lo más rápido posible. Para este 2020, este evento atrae a miles de espectadores que han recaudado más de $10 millones de dólares para organizaciones como Prevent Cancer Foundation y Médecins Sans Frontières.

Comenzando hoy, y durante toda la semana, los participantes de Awesome Games Done Quick completarán juegos lo más rápido posible para pasarse al siguiente. Si les gustan los videojuegos, o simplemente quieren ver una increíble muestra de maestría y talento enfocado únicamente a terminar un juego en el menor tiempo posible, vean el stream.

Encontré Klaus en un video de las 5 mejores películas animadas de la década, por Saberspark, una producción original de Netflix de finales del año pasado que al parecer ha pasado por alto para mucha gente. Más allá que es una historia de navidad y el estilo híbrido de animación con 3D, no hay expectativas, pero me parece difícil que sea mejor que The Lego Movie, así como lo pone la lista.

Vaya sorpresa que es Klaus; sin duda una de las mejores películas de navidad —que tampoco es mucho decir— teniendo una de las premisas más interesantes y frescas del género, y es una fantástica muestra de lo que tiene que ser una historia compacta; todos y cada uno de los elementos que se introducen a la trama tienen un propósito.

Esta excelente historia está muy bien soportada por los demás elementos; animación, voces, flow, música, ambientación y humor. En Klaus, ningún momento es aburrido, todos los chistes embonan muy bien y en es un despliegue de mucha creatividad.
No sé si está por encima de The Lego Movie —que también tenía todos los elementos para ser una pésima película disfrazada de un comercial—, pero vaya que el equipo de SPA ha hecho un excelente trabajo. Ampliamente recomendada, sea navidad o no.

Una vez más estamos al borde del año, a punto de saltar hacia un nuevo ciclo, y dependiendo del sistema de numeración que utilicemos, podemos decir que es una época. O por lo menos que es algo especial porque otra vez tenemos un cero a la derecha.

Este último año han sucedido muchas cosas, algunas malas, otras buenas, unas serán inesperadas, otras simplemente llegaron porque era hora, pero lo importante es que si están leyendo estas palabras, seguimos aquí, y pase lo que pase, el único camino es para adelante.

Espero que en esta noche vieja se reúnan con sus seres queridos y reciban este 2020 con muchos bríos. Nos leemos del otro lado. Feliz año nuevo!

Fin de año en diseño solo significa una cosa: bomberazos el recuento de Brand New de las mejores y peores identidades de este 2019 en el que tuvimos nuevos logos para grandes marcas como Warner Bros, Volkswagen, Slack y Sears, entre otras, además del cambio de nombre de BBVA Bancomer.

Como cada año, este resumen se divide en cinco partes, además de un par de extras:

• Part 1: The Most Notable Reviewed & Noted
• Part 2: The Best Reviewed
• Part 3: The Worst Reviewed
• Part 4: The Best Noted
• Part 5: The Worst Noted
• Part 6: The Best Friday Likes

Una tendencia clara se ha mantenido por años: las mejores identidades son marcas relativamente pequeñas en su mayoría, mientras que las peores son marcas más grandes. Al hacer un mal trabajo en una identidad de una empresa pequeña, el impacto es menor ya que no nos vemos afectados, y tal vez podemos pensar que simplemente no pudieron contratar a un equipo suficientemente competente. Es mala, pero meh.
Por el contrario, con una marca nacional, o global, las expectativas son altas, y el alcance es mayúsculo —ese logo de BBVA lo veremos varias veces por semana, aunque no seamos clientes—.

Y del otro lado, el equipo detrás de la identidad tiene menos presiones y burocracia cuando se trabaja con una marca pequeña, lo que permite ser más creativo y entregar un resultado final más acorde a la idea original, menos diluida por el comité de aprobación.

Dicho sea esto, mi identidad favorita es la de Petbarn; un excelente trabajo para darle personalidad a una marca.

Mohamed, el segundo entrenador que gana una Liga BBVA MX como relevo

Antonio Mohamed llegó a Monterrey en la jornada 14 del Apertura 2019 y después de 11 duelos al frente de Rayados, el ‘Turco’ llevó al título a su equipo.

Desde el año 2000, apenas son cinco entrenadores que llegan a la final entrando en ese mismo torneo como emergentes. Además de Tony, Víctor Manuel Vucetich (Clausura 2015), Benjamín Galindo (Apertura 2011), Alberto Jorge (Apertura 2002) y Ricardo Ferrero (Invierno 2000).

La labor de Antonio Mohamed en Monterrey hizo que el equipo resucitara durante la fase regular y cuando el objetivo de llegar a la fase final parecía imposible. Escaló varias posiciones y clubes como Tijuana, Pumas y Pachuca dejaron ir puntos para que el cuadro regio calificara en el octavo puesto a la Liguilla.

Hace justo tres años, en una final cuyo desenlace cayó en un 25 de diciembre ya que el América estaba participando en el Mundial de Clubes, pensaba en que uno de los factores que pesaron fue el viaje.

En esta ocasión la desventaja estaba del lado de Monterrey, y si bien en la ida no se notó, en la vuelta fue bastante evidente. Pero el futbol, como la vida, es de momentos, y hoy vimos un contraste cuyo punto de inflexión fue el minuto 74 pasando de un América dominador y seguro, a uno totalmente desorientado y cansado, y viceversa para Monterrey.

El resto de la historia fue sufrimiento para el americanismo, minuto a minuto veíamos cómo se iba diluyendo la idea del campeonato catorce con una debacle en cada ámbito; evidentemente el rebanón que ocasionó el empate global, pero también los dos postes de Viñas, un gol anulado de forma rigorista (de una jugada de un par de minutos antes de que cayera la anotación), un penal no marcado y la falla de Nico Castillo en la tanda de penales que mata las esperanzas de la afición. La maldición del sexto lugar que nunca ha quedado campeón se impone, y tal vez una nueva con el mundial de clubes empiece a mostrarse.

Felicidades a Monterrey, y en especial al Turco Mohamed, un tipo que llegó a medio torneo para rescatar el equipo, haciendo un excelente trabajo que culmina en ganarle al más ganador, en su propio estadio. Este tipo no debió haber salido del Ame jamás, pero así fueron las decisiones de la directiva.

Hoy ciertamente duele, y con las emociones podríamos pensar que fue un mal torneo, pero el Ame nos trajo muchas emociones en fase final, después de haber sido desmantelado a la mitad del torneo. No fue una mala temporada, pero claro que el único desenlace que se tiene que buscar es la gloria, esperemos que llegue el próximo año.

Les mando mis mejores deseos de unión y paz en familia esta noche buena, feliz navidad!

Desde 2015, esta época navideña ha tenido un significado especial para los fans de Star Wars, ya que cada dos años tendríamos un nuevo episodio y entre estos, lo que se denominaría una historia de Star Wars. De ese año a este 2019 han sucedido muchas cosas; la recepción de las películas cada vez fue peor—no en taquilla, sino en la calificación.
El final de la saga en 2019 se veía lejano, pero no hay plazo que no se cumpla, y justo ese vencimiento llegó esta semana.

Star Wars en general tiene muchas deficiencias en múltiples frentes, y The Rise of Skywalker lejos de ser expeción, es la regla. Hay un poco de esperanza al principio, de hacer una muestra de la valentía argumental, que solo duró unos pocos minutos. Y luego hay problemas, de lógica, de argumentación, de diálogo, del por qué suceden las cosas. Pero en estos últimos días, al ver A guide to The Last Jedi, un video que explica —muy— ampliamente lo que siento que ya se olvidó hace mucho tiempo; en especial que las precuelas fueron horribles y que la producción de la trilogía original fue una tormenta perfecta, y aún así, presenta los mismos errores que se han visto desde el estreno de la primer película. Y que a pesar de ellos, no llegan a arruinarla.

The Rise of Skywalker tal vez no es la mejor de la trilogía, pero yo estoy satisfecho de vivir en un mundo en el que Star Wars entretiene; y más que eso, que es vigente.

Al parecer el fin de año se ha convertido en temporada de películas producidas por servicios de streaming. No recuerdo haber visto el trailer de The Report, pero su premisa me pareció interesante como para ir al cine—cosa que no sucedió al darme cuenta que estaría en Amazon Prime Video unos días después de su estreno en la pantalla grande.

Las expectativas eran altas y creo que no cumplió. The Report es una película cuya historia debe ser conocida ampliamente, pero la ejecución fue decepcionante. La trama por su naturaleza es compleja, pero la cinematografía tiene muchas herramientas para hacer digerible el mensaje, cosa que no sucede aquí.

Es una lástima, ya que todos los demás elementos están ahí para ser una gran película.

25 años después de su lanzamiento, sigo considerando a EarthBound un juego perfecto; un clásico que jamás pasará de moda, y que sigue influyendo e inspirando a muchas generaciones. Cuando me topé con Eastward hace ya casi dos años, era imposible obviar el hecho de ser un tributo al juego de Shigesato Itoi. Pensándolo ahora, es difícil poner con palabras lo que hace recordarnos a EarthBound—es el estilo, la estética, la música, las mecánicas, el género, la ambientación o su historia y la particular forma de contarla? No sabría decir, pero resulta evidente para los fans.

Lo malo del asunto es que no hay fecha de lanzamiento. Si bien el estimado de lanzamiento es 2020, no hay una fecha concreta, lo que nos lleva a pensar en retrasos como mínimo, hasta incluso jamás ser lanzado, y solo ser parte de un concepto.

Hasta esta semana, en la que gracias a los Game Awards podremos jugar un demo exclusivamente hoy y mañana, que nos demuestra que es funcional y que el plan sigue adelante. No spoilearé mucho del demo, pero podemos entender un poco de las mecánicas, la historia, la ambientación y la estética. Es breve, por lo que recomiendo ampliamente jugarlo y seguirle la pista.

Pueden descargar el demo de Eastward desde Steam sin costo.

Diez años atrás, fui uno de los early adopters de Spotify. Su concepto fue valiente y revolucionario, y era posible tener cuenta de este lado del Océano Atlántico a pesar de ser restringido solo a algunos países de Europa—a través de hacks, claro está.
Hoy escucho música principalmente en YouTube Music (honestamente, sigo extrañando Grooveshark), pero he visto el crecimiento de la plataforma Spotify y es un excelente caso de estudio para entender cómo, por qué y hacia dónde ampliar su cartera de servicios sin perder la visión central.

Spotify, es, desde su concepción, un servicio de streaming de música. Hoy sigue siendo su producto principal, pero ha logrado ampliar su espectro a la categoría audio. Veamos cómo.

El primer paso de Spotify como plataforma es casi forzado y obvio—al tener varios millones de usuarios, ya no es un servicio aislado, es una comunidad esperando tener herramientas de comunidad. Spotify es una red social, en la cual los usuarios pueden seguir a otros usuarios y artistas, así como compartir canciones, álbumes y listas de reproducción. No permite comunicación entre usuarios porque no es parte de su negocio, pero estas herramientas son más que suficientes para incluso tener influencer de Spotify.

Spotify no solo alberga música, hoy es uno de los principales medios de consumo de podcasts, y con esto dominan prácticamente todo el espectro de audio. Si bien hay audiolibros, no se le puede decir que es un competidor de servicios como Audible, probablemente por el modelo de negocio (una suscripción de Audible solo nos permite acceder a un par de libros cada mes, lo que Spotify no podría limitar).

El movimiento interesante de Spotify fue en 2017 con la introducción de Spotify Codes, que permiten conectar el mundo real con el digital, con solo abrir la app y escannear para ir directo a un usuario, artista, canción o playlist. Estos códigos han sido utilizados como audioguías para museos en los que en lugar de rentar o pedir prestado un equipo de audio, simplemente abro mi app y leo el código, e inmediatamente tengo la audioguía de lo que estoy viendo.

Spotify, por último, es una plataforma de marketing. Ciertamente la idea existió desde el principio, pero no era más la distribución masiva de un mismo mensaje. Actualmente tiene una impresionante maquinaria de big data, con la que podemos llegar con un mensaje personalizado por país, demografía, género, e incluso ideología—así de poderosa es la música.
Con todos estos datos no solo nos segmenta mejor; también les permite ser el cool hunter más inteligente y preciso del planeta, identificando tendencias, artistas y canciones que serán el hit, mucho antes de ser conocidos por el resto del mundo. Muy probablemente estos datos puedan ser comprados.
E incluso, la misma empresa tiene el poder de promover estos artistas.

Spotify ha transicionado de una forma muy creativa a un negocio mucho más amplio que la música, sin perder el foco. Nada mal para un simple servicio de streaming.

Instalé DiDi el año pasado esperando motivar la competencia en el sector de transporte privado, y, honestamente, mejores precios. En un par de meses ya no lo tenía en mi celular por ser bombardeado constantemente con promociones y sin ninguna forma de apagarlas.
El mes pasado preguntaba lo mismo acerca de Uber Eats.

Este Buen Fin que acaba de pasar me llegaron promociones de dos empresas de las que soy cliente: un servicio de facturación y una empresa de registro de dominios, ambos explicándome lo mucho que podría ahorrar si hago una compra ese buen fin de semana.

Estos cuatro ejemplos tienen en común no comprender los patrones de compra de sus clientes. No voy a tomar un DiDi si no tengo que estar en otro lugar, incluso si tiene 90% de descuento; no voy a comprar más timbres para facturar si ya tengo suficientes y los dominios que necesité en los últimos meses no los guardé esperando a que estuvieran más baratos. Estas decisiones de compra no son de impulso, pero las comunican como si fueran.
(Peor aún, una de estas dos empresas no acepta pagos por tarjeta, por lo que tuvieron que dejar claro que de adquirir sus servicios se tenía que reflejar la transacción el viernes, dejando fuera a clientes que hubieran comprado en sábado y domingo)

Para estos negocios, mandar mensajes el buen fin fue positivo si lo único que analizan son las ventas—con solo una ya tendrían ganancia de la campaña. Sin embargo, si lo ven del lado de satisfacción están perdiendo clientes. Al menos en mi caso ya no tengo DiDi instalado; Uber Eats no tiene permisos de mandar notificaciones; y estoy transicionando mis dominios y mi proveedor de facturación.

A veces el mensaje de marketing que no enviamos habla mucho mejor de nosotros. Debemos pensar si este mensaje es relevante, o esperado. O por lo menos dejemos que el cliente decida recibirlos o no.

Si están leyendo estas líneas significa que logramos migrar therror a una nueva infraestructura. La historia del por qué comienza el mes pasado que se juntan dos ideas; la del post de ayer y la inminencia del aniversario de este sitio.

Sería bueno —pensaba para mí— renovar therror para este aniversario; necesitamos un nuevo diseño, pero antes requerimos crear una nueva plataforma (la anterior tenía más de 10 años; muchos de ellos sin mantenimiento). Y ya que hablamos de la herramienta adecuada, tal vez teniéndola podría resolver los varios problemas que hoy tengo.

Verán, la última versión fue creada por una emergencia. En esta versión no tenía forma de programar una publicación en cierta fecha, ni de poner en borradores las ideas que fuera teniendo. En su momento creí que me podría motivar a terminar lo que empiezo (spoiler: no fue así); por el contrario, resulta que para muchos el proceso de escribir requiere varios pasos y mucho tiempo.

Y no solo eso; el proceso de actualizar más que el blog era terriblemente complicado, lo que creaba más desidia de mi parte. Para este punto ya estaba convencido de lo que se tenía que hacer, pero lo que dio el empujón final fue un aumento del 60% del servicio de hosting por una licencia nueva.

Durante este noviembre, las tardes y los fines de semana las dediqué a reconstruir este blog y crear una herramienta que me apoyara a hacer una de las cosas que más me gustan: lanzar ideas al aire escribir.

La meta original era el día 15, pero obviamente no fue posible.

Pero finalmente anoche se hizo la transición, con gran ayuda del buen @pateketrueke. Hay aún algunas cosas que no funcionarán bien, o que por simplificar quedaron fuera, pero ya con esto se podrán hacer cosas más interesantes.

Dicho sea esto, bienvenidos de nuevo.

Hace unas semanas compramos un cuchillo de chef para nuestra cocina. Después de años de cortar con cuchillos baratos y desafilados —y otros más de ver a mi mamá hacer lo mismo—, el contraste es evidente; no solo los cortes son más finos y precisos, sino que —dice quien sabe— es más seguro que uno sin filo.

Esto me deja pensando en las veces que no utilizamos la herramienta adecuada para el trabajo; cuando no sabemos la técnica para utilizar una rasuradora (tip: se requiere mucho menos presión de lo que creemos), cuando abusamos de Excel para administrar casi todo en el trabajo e irónicamente, también en Excel, cuando lo sub-utilizamos al no dedicarle un par de horas para aprender a usarlo.

 Sin embargo, la herramienta correcta tiene limitaciones y requerimientos; el cuchillo no ha convertido a nadie en un mejor cocinero. El sazón, los ingredientes, la experiencia y el empeño harán el 90% del trabajo; los cortes ayudarán a detallar ese último 10%.

Encontrar la herramienta correcta primero requiere saber que tal vez las que tenemos no son las adecuadas, luego pasamos a preguntar o investigar. Si esto no nos lleva a una mejor herramienta, tal vez sea el momento de crearla.

Lejos de ser el más grande fan del automovilismo, el cine me ha mostrado que hay grandes historias por contar, en especial con deportes que no son mis favoritos. La magia de la cinematografía le puede agregar trasfondo, contexto y sabor. Cuando vi el poster de Ford v Ferrari, con Matt Damon y Christian Bale como protagonistas, sabía que tenía que ir al cine. Marqué la fecha en el calendario y poco después sabía que es la historia de Le Mans; la carrera de 24 horas.

Curiosamente esta es una historia de marketing tanto como lo es de automovilismo—nos muestra su poder y tal vez su peor cara. Nos da un vistazo muy real a lo que es la vida laboral en un corporativo y las frustraciones que son parte del día a día. Es una historia rara; queremos que los protagonistas ganen porque son el caballo negro de la competencia, pero aún así pertenecen a la compañía que creó el concepto de fábrica—Ford es un gigante en la industria.

Ford v Ferrari con sus dos horas y media de duración logra entretenernos todo el camino. Logra emocionarnos en un espectro completo; desde felicidad y risas, hasta tensión y frustración. Christian Bale hace un gran trabajo, pero el personaje de Matt Damon da pie a los mejores momentos de la trama.

Es difícil escribir estas palabras sin arruinar gran parte de la historia, a pesar de que el final es bastante bien conocido. Solo puedo cerrar con el hecho de que muy probablemente Ford v Ferrari sea la mejor película que he visto este año. Este es un favorito y un clásico instantáneo, sean fans de las carreras o no.

Curioso es que algo que creaste en un fin de semana y con un poco de aburrimiento de pronto ya te haya acompañado más de la mitad de tu vida. Este es el caso de este humilde blog, creado un mes antes de cumplir 17, y ahora a un mes antes de mi cumpleaños 34, es desde hace unos días —si gustan calculen la fecha exacta— mi acompañante del 50% de mi vida.

therror no solo ha sido un escaparate para compartir diversos pensamientos, mucho antes que plataformas diseñadas para esto existieran; también ha sido el medio que ha traído de las mejores cosas que hoy tengo: experiencias y trabajo, pero en especial amigos. Incluso no estando en las mejores épocas, sigo teniendo obteniendo beneficios. Gracias por seguir aquí.

El próximo año será especial, therror tendrá su mayoría de edad. Quién sabe—tal vez algo especial llegue con la vida adulta.

Muchas lunas tuvieron que pasar para generar la expectativas al nivel de este juego que se lanza en noviembre exclusivamente en una de las plataformas más populares, y que seguramente redefinirá géneros y expectativas de lo que se puede hacer en un medio interactivo. El genio detrás de este creador es a veces malentendido, pero tenemos la certeza que pondrá todo su talento y dedicación para entregarnos novedosas experiencias, superando su rompimiento con la empresa, el equipo y el hecho de que no podrá utilizar los icónicos personajes que creó.

Death Stranding de Hideo Kojima The Legend of Bum-Bo de Edmund McMillen nos transporta a un mundo subterráneo en el que ayudaremos a Bum-Bo —un indigente— a sobrevivir aventando huesos, dientes, orines y mocos a nuestros enemigos.

Bum-Bo es uno de los personajes que aparecen en The Binding of Isaac, y que ahora tiene su propio juego tipo puzzle en el que a través de un clásico match-4 superaremos los obstáculos. Para ser honesto, el concepto no me encantó cuando fue anunciado —hace ya tres años y medio!—; lo único que veía era un genial concepto estético en el que todo es parte de un diorama de cartón—muy consistente con lo que Bum-Bo representa.

Pero en las últimas semanas al ver el producto final, es claro que está muy bien ejecutado, que llevará a varios a disfrutar del género puzzle/RPG (incluyéndome) y seguirá la filosofía de Isaac en la cual tendremos un juego que cada vez será diferente.

Hoy, ya jugando The Legend of Bum-Bo, todo se confirma; la mecánica central funciona muy bien, tiene una muy buena curva de aprendizaje que comienza con un tutorial, y muy al estilo Isaac, se van desbloqueando nuevos niveles así como personajes, en los que se nota una planeación meticulosa, ya que cada uno es lo suficientemente único para justificar su lugar. Los enemigos también aportan su propia variedad, aunque he de confesar que en algunos casos es un poco críptico entender qué hacen, incluso después de haberlos visto varias veces.

The Legend of Bum-Bo no es solo un juego con una estética única; es un puzzle de estrategia muy bien logrado, retador e incluso difícil si el objetivo es completar todo. Y siguiendo la tradición, seguramente habrán actualizaciones con nuevos niveles, personajes e items. Está en Steam a $15 dólares y vale al menos cada centavo al doble.