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Muchas dudas rodearon toda la producción de The Super Mario Bros. Movie. Y con justa razón. Desde el desastre de 1993 que aún no se superaba y el estigma de las películas basadas en videojuegos, hasta las decisiones de casting y si el estudio era el correcto para encauzar este proyecto.

Esto, más que una película, es una carta de amor a lo que Mario representa para todos sus fans, hecho por sus fans. Es notorio el cuidado al detalle y al material original, aunque se toman riesgos para darle una mayor fluidez a la trama, que parece estar un poco acelerada.
El elemento más destacable definitivamente es la música; claramente inspirada por las melodías que ya conocemos, pero con un toque muy original que le da frescura y evita la repetición. La animación estuvo muy bien y las voces, al menos para la versión doblada, tuvieron un buen trabajo. Habría que verla en inglés.
Con esto es muy probable que la maldición de los videojuegos en la pantalla grande sea cosa del pasado. Illumination hizo un gran trabajo.

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Si queremos mostrar una imagen en alta calidad, mientras aseguramos nuestra autoría, tenemos que recurrir a arruinarla un poco, pero no demasiado como para disuadir una venta. Las marcas de agua son un mal necesario, pero con el avance de tecnologías como machine learning, esto podría cambiar.

El primer indicio de esto son herramientas como WatermarkRemover.io, que en un par de pruebas rápidas definitivamente ha dado resultados interesantes.

Tendrán qué temer compañías como ShutterStock y Getty Images? Desde que se inventaron los candados, ha habido quien ha intentado abrirlos. Este tipo de protecciones parecía ser una solución muy elegante y efectiva, pero hacia futuro estas herramientas se harán más rápidas y efectivas. Tal vez estemos presenciando el principio del final de la marca de agua.

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Otra noche vieja que da pie al año nuevo. Espero como siempre, que lo pasen en compañía de sus seres queridos.

Feliz 2023!

El mito brasileño fallece tras no poder superar una larga enfermedad.

La historia se forma con datos objetivos y subjetivos. Para algunos, la sentencia es clara: Pelé fue el mejor futbolista de todos los tiempos. El rey de este juego. “O Rei”, como se lo apodó en sus años de gloria, descripción que mantuvo durante toda su vida.

Se podrá discutir si la afirmación es correcta o no, gustos al margen; lo que no entra en debate es la grandeza del brasileño, quien marcó toda una época y está en la lista de las estrellas más importantes del mundo del fútbol. Falleció este jueves, 29 de diciembre, a los 82 años por el cáncer de colon que padecía desde hace tiempo. El balón llora por él.

Día triste para el futbol. Su primer gran ídolo ha muerto y ahora se convierte en una leyenda. Tras una prolongada estancia en el hospital, Pelé hoy dejó de existir, pero las historias de él sonarán más fuerte que nunca.

Descansa en paz, Edson Arantes do Nascimento.

En esta nochebuena recordemos los buenos momentos que hemos vivido en compañía de los seres queridos.

Feliz navidad!

En un partido que pasó de lo ridículo a lo sublime y que se transformó probablemente en la mejor final de Copa del Mundo, Lionel Messi al fin pudo levantar el único trofeo que le faltaba, en lo que sería su última posibilidad como jugador.

Recuerdo en ocasiones anteriores, si bien Argentina avanzaba y se instalaba en la etapa final, lo hacía con mucha fortuna y sin pleno convencimiento. Hoy fue diferente, en el torneo comenzaron perdiendo y viéndose mal contra México en gran parte del partido, hasta que llegó ese gol de Messi y cambió todo. Ahí la albiceleste fue diferente, y fue hallando no solo su rol, sino a los jugadores que iban a poder cargar con él.
Pese a algunos sustos, llegaron a la final de forma clara y merecida.

Frente a ellos, Francia, el campeón, que tuvo una historia al revés; comenzó fuerte y poco a poco se empezaron a ver las deficiencias, incluso viéndose superados por ese espectacular Marruecos que a todos nos dejó maravillados.

Dos terceras partes de la final de hoy fueron para el olvido—probablemente los peores minutos que se hayan visto. Un equipo totalmente perdido, un arbitraje incomprendido y una Argentina muy espectacular. Luego llega ese penal para Francia, y dos minutos después una pincelada de Mbappé para llevar esto al alargue y finalmente a penales, donde tenían mucha ventaja los sudamericanos ganando una tanda tan solo una semana atrás.

Argentina no duerme esta noche, felicidades campeones!

Difícl decir que esto fue sorpresa para alguien. El equipo de el Tata Martino estuvo plagado de decisiones caprichosas que dieron resultados a cuentagotas. Tuvo todo el tiempo del mundo, se le dio la confianza para comenzar y terminar un proceso completo —que en nuestro México es todo un lujo— y lo desaprovechó al intentar una y otra vez con los mismos futbolistas, en lugar de voltear a ver a aquellos que están dando resultados, tienen potencial para futuro, o ambos.

Y a pesar de todo esto, creímos. Ya hizo su gracia, ya no se puede hacer más—lo único que queda es apoyar. Hoy México llegó con una meta clara: meterle cuatro a Arabia. Con esto ya no dependíamos de nadie más, y no solo eso, Argentina echó la mano y eran solo tres los necesarios, y ni así. Nos quedamos en la raya y no estuvimos clasificados en ningún momento.

Duele porque son otros cuatro años echados a la basura. Duele porque de tener uno o dos futbolistas más enrachados o con más corazón, esto hubiera sido diferente. Duele porque es la primera vez que me toca ver a México eliminado en una Copa del Mundo. Duele porque las potencias ya no se ven tan imponentes, y cada vez más hay sorpresas. Duele porque todos los equipos parece que crecen, menos nosotros.

Pero creo que de esto hay algo positivo: a las televisoras y a la Federación les dolerá más no poder tener ese cuarto partido y cobrar jugosas cantidades por conceptos de publicidad y patrocinios. Esto puede terminar siendo ese empujón que necesita nuestro futbol para salir de ese círculo vicioso de mediocridad que culminó en esta eliminación histórica.

Una quinta parte de siglo. Se escucha fácil, pero para este humilde blog ha sido un arduo camino de mucho descubrimiento y experiencias. Cuando volteo atrás a las primeras páginas de lo que he escrito, se escucha un yo muy diferente.
En su momento, en aquel otoño del 2002 no sabía qué es esperar de este pequeño proyecto. Hoy, no sé qué viene a futuro, pero creo que habrá cosas buenas.

Gracias por seguir aquí.

No hay medias tintas. Las decisiones que han salido a la luz —oficialmente, o no— constantemente son noticia. Musk comenzó hablando de Twitter como la plaza central digital de Internet, para luego cobrar $20 dólares al mes para ser verificado y después corregir a $8 USD. Independientemente del precio, el mensaje es claro—en esta plaza, no todos seremos iguales. Por parafrasear a Orwell, algunos serán más iguales que otros.

Twitter, desde hace por lo menos cinco años, es víctima de su propio éxito. La plataforma apela al menor común denominador, y los trending topics es el síntoma más claro. Lo que antes era utilizado por millones para saber qué estaba sucediendo ahora, ha sido reemplazado por una mezcla entre propaganda política, comunidades organizadas creando mensajes destinados a sus ídolos musicales, medios de comunicación aprovechando su tamaño para publicitar sus programas de TV y telenovelas, además de cumpleaños. Muchos cumpleaños de celebridades que no nos interesan.
La calidad del discurso también ha estado en caída libre. No hace falta buscar mucho para encontrar una conversación con insultos, difamaciones y negatividad.

Lo que una vez fue una red social con carisma y personalidad, en la que daba a pie a la expresión, gradualmente fue esterilizándose y estancándose, muy lejos de su idea original. Nos quitaron opciones para personalizar nuestro perfil, y nos dieron 120 caracteres extra a cambio.

En la última semana ha habido más movimiento en Twitter que en los últimos 3 años. Y tal vez eso es lo que se necesitaba; alguien que trajera un revulsivo y que esté listo para afrontar las consecuencias, sean buenas, o no. A nosotros, los usuarios, tal vez nos arreglen la plataforma y nos permitan personalizar la información que queremos ver. O tal vez nos den la excusa para cerrar definitivamente la cuenta.

P.S. Síganme en Cohost Algo tiene esta red social que me recuerda aquel Twitter de antaño.

Solo tuvieron que pasar 11 años desde el primer video y cuatro desde que anunciaron que tendrían una serie en TV, pero la semana pasada finalmente Don’t Hug Me I’m Scared tuvo su triunfal debut en un formato de 20 minutos.

Para quienes no lo saben, DHMIS es una serie de terror y comedia disfrazado de un programa dirigido a niños. El formato sigue muy claramente la fórmula de series como Sesame Street, aunque con un subtexto de crítica social, parodia y una historia que ha dado pie a cientos de teorías de lo que realmente está sucediendo.

La serie se adapta bien a cubrir un formato más largo, contrario a lo que vimos en YouTube, aunque considero que la serie comenzó muy bien y llegó a su climax muy rápido, en el capítulo 3. El resto no son malos, pero definitivamente no al nivel de la primer mitad.

Desafortunadamente no hay forma de verlo legal fuera de el Reino Unido, por lo que tenemos que recurrir a fuentes alternas o a utilizar un VPN para verlo directamente a través de Channel 4. Espero que la serie tenga mucho éxito y sea renovada para una segunda temporada, y que esta no tarde otra década en llegar.

La música sí tiene el poder de curar. El mundo ayer lo presenció con el concierto tributo a Taylor Hawkins en Londres, en el que los Foo Fighters y la familia del baterista fueron acompañados por músicos de Queen, AC/DC, Rush, Metallica, Van Halen, Blink 182 y hasta el mismo Paul McCartney.

Fue un mega concierto que duró prácticamente cinco horas para darle el último adiós a Taylor en el que hubieron muchas emociones encontradas, que cerró con Shane Hawkins mostrando el increíble talento que corre en las venas de ese apellido y seguramente comenzando una nueva historia, mostrando cero nerviosismo y disfrutando —pese a todo— el momento.

Es increíble cómo la muerte de una persona termina uniendo a tantas almas; ya sea en el plano de las personalidades públicas o en nuestra propia familia. De alguna forma, esto sirve de catarsis para todos los involucrados y nos permiten seguir adelante.

La nota triste es que pese a una fantástica producción de MTV, el concierto ya no está disponible por canales oficiales. Claramente siguen sin entender esta cosa nueva del Internet, más de dos décadas después.

Leyendo Hacker News hoy me encontré con este interesante comentario.

When I took my kid to Disneyland for the first time, I got the question on the way “dad, can we go to Netflixland as well?”

Esta genuina pieza de sabiduría infantil podría tener mucha más tracción de la que aparenta en el futuro de Netflix ante la crisis que se le avecina. La compañía hoy tiene en su haber algunas de las propiedades más importantes en la cultura pop de la última década.

Obviamente algunas de estas propiedades se presta mejor para una actividad en un parque de diversiones; una casa de espejos moderna con alución a Dark, juegos multitudinarios à la Squid Game, recreaciones de la vida real de escenarios de las propiedades animadas y claramente una casa del terror de Stranger Things serían las principales atracciones. Dudo mucho que se pueda hacer algo con House of Cards —o si lo quisieran revivir— o The Crown.

Netflix es el Disney y Universal Studios de este milenio, y si existe Legoland, Ferrari World y hasta Dolly Parton tiene su propio parque de diversiones, la idea no solo no parece tan descabellada, sino una potencial avenida para diversificar el negocio.

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Mucho antes de que todos tuviéramos una conexión a Internet con nosotros en todo momento, la web era muy diferente. La desinformación no era una industria como lo es hoy, y su razón de ser era mucho menos nefario. En el mundo de los videojuegos, esta desinformación dio pie a la leyenda de poder obtener la Trifuerza en Ocarina of Time. En el juego habían suficientes pistas que podrían apuntar a que sería posible.

TASBot en este Summer Games Done Quick, a través de ACE, lograron recuperar parte de este contenido beta y rearmar la historia del juego.

A simple vista se puede apreciar el nivel de dedicación que requirió un proyecto de estas dimensiones, y a pesar de que empieza un poco lento, para la mitad ya valió la pena y para el final es simplemente uno de los mejores momentos de GDQ. Parecía que TASBot ya había mostrado sus mejores trucos y en los últimos años solo era una seca demostración de cómo terminar un juego, pero ahora ha vuelto a superarse.

Lo que un día comenzó como una brillante pieza de ingeniería, una pobre planeación y malas decisiones la convirtieron en un dolor de cabeza de millones de personas, por casi dos décadas. Internet Explorer nació para derrocar a Netscape, mostrando que Microsoft, incluso en un mercado que no le interesaba, podía ser el #1 sin mucho esfuerzo.

Ya sin competencia, las innovaciones pararon por mucho tiempo, y aquella versión 6 de Internet Explorer parecía que nunca iba a morir, y tanto usuarios como profesionales de la web fueron víctimas de estas malas decisiones, que comenzaba con la falta de un servicio de auto actualización. Incluso instalando versiones más nuevas, la situación no cambiaba mucho. Pocas personas en la historia de la humanidad podrán presumir ser la principal causa de millones de horas hombres perdidas—un equipo de ingenieros en las oficinas de Microsoft pueden alardear este bizarro logro.

El fin de IE comenzó probablemente en 2005 y fue un esfuerzo masivo y progresivo; Google pagaba $1 dólar por cada instalación de Firefox, luego YouTube puso un banner invitando a sus usuarios a actualizar su navegador y muchos fuimos los que instalamos otro navegador en las computadoras de nuestros familiares. Y a pesar de eso, el cambio no fue contudente; las estadísticas marcaban que IE aún seguía siendo usado por un porcentaje de usuarios, dejarlos fuera significaría descuidar un sector de potenciales clientes, y ninguna empresa quería darse ese lujo.

Nadie pudo dar la estacada final, ni el mismo Microsoft. Incluso presentando a su sucesor en 2015, al que nombró Edge, Internet Explorer se resistía a morir, pero sus estadísticas ya eran tan pequeñas que en comparación al esfuerzo necesario para hacer un sitio web compatible, se podía ignorar. Hoy, en teoría IE muere, pues ya no va a recibir actualizaciones por parte de Microsoft, pero la realidad es que quien quiera usarlo, será libre de seguirlo haciendo, aunque extraoficialmente ya tiene por lo menos cinco años que no es considerado seriamente.

Levantemos la copa y hagamos un brindis por este maldito bastardo y esperemos que el siguiente sea Safari.

Lo que básicamente es un monopolio en los juegos del deporte más popular del mundo parece que tendrá su fin en 2023. Electronic Arts no pudo lograr un acuerdo con FIFA para renovar el uso de la licencia y ahora esta saga será renombrada a EA Sports FC.

Ese juego que hasta hoy conocemos como FIFA lleva décadas estancado. Lo que cada año podría ser simplemente una actualización de los jugadores que tuvieron cambio de equipos y ajustes al balance de los clubes, se vende como un juego nuevo cada 365 días. Y esto les representa un ingreso de $20 mil millones de dólares—claramente no tienen razón para actualizar la fórmula. Hasta esta semana.

A pesar de que EA parece que permanecerá usando jugadores y equipos reales —estos tratos son hechos directamente con las ligas y el sindicato de jugadores—, el nombre y reconocimiento de marca de FIFA era lo que Warren Buffet se refiere como the moat; la ventaja competitiva que protege a un negocio de la competencia. eFootball, su competidor más cercano, si bien no tiene directamente permiso de usar todos los nombres y apariencias de los jugadores, es posible descargar esta información a través del user generated content de esta plataforma, además de que es free to play.

Pero esto parece ser justo lo que se necesitaba para salir de esa zona de comfort que EA disfrutó por tanto tiempo. Pronto tendrá que convencer a sus clientes que el cambio será para bien, y si no es a través del reconocimiento de marca, deberá ser con otra cosa.

Este juego protagonizado por un simpático zorro con clara inspiración de Zelda de antaño contiene posiblemente una de las experiencias más originales y frescas que he tenido en mucho tiempo, y curiosamente una que resuena mucho con una parte de cómo fue mi primer intento en jugar A Link To The Past.

Debajo de una capa impresionante en el departamento de presentación, Tunic no solo es una aventura en el estilo de Zelda, sino que también logra emular, de forma muy exitosa, el sentimiento de exploración y descubrimiento que experimenté de niño al tener frente a mi un juego en un lenguaje que no dominaba. Tunic nos enseña sus mecánicas a través de páginas individuales que iremos juntando poco a poco que irán dándole forma al manual de este juego, que esperará de nosotros que, al igual que yo a mediados de los noventa, que con solo unas palabras logre entender las mecánicas, lugares y secretos necesarios para avanzar con la aventura.

Me parece muy curioso que un juego con esta idea tan original venga de Estados Unidos, ya que veo al resto del mundo batallando con el inglés, tratando de disfrutar de estas experiencias pese a la barrera del lenguaje, pero supongo que para los creadores, algo similar pudo haber sucedido con juegos importados desde Japón.

No sé si lo que tenga frente a mis ojos termine siendo el juego del año, o que las horas que le he dedicado sean una muestra de lo que seguirá más adelante, o simplemente termine como una buena idea que no terminó de concretarse, pero lo que les puedo decir es que al menos las primeras horas no las olvidaré en mucho tiempo.

Diez días atrás, justo a estas horas en el Foro Sol en su regreso a México, Dave Grohl presentaba a Taylor Hawkins como greatest fucking drummer in the world. Hoy, el baterista de Foo Fighters se ha convertido en leyenda.

Una noticia que nos deja sin palabras y que repercutirá fuertemente en el mundo de la música y del rock.

Descansa en paz.

Tras una desastroza y breve etapa de Ben Affleck, el anuncio señalando que Batman sería interpretado por Robert Pattinson no fue recibido de muy buena manera. Pero conforme pasaba el tiempo y se iban mostrando avances, parecía ser un buen prospecto para encarnar al caballero de la noche.

The Batman explora una arista que se había olvidado en la pantalla grande. El mejor detective del mundo se vuelve la excusa perfecta para convertir a esta cinta en prácticamente un tributo a Se7en, resolviendo los retos de The Riddler y entendiendo el lenguaje de Ciudad Gótica, ya que estamos viendo a un Batman que comenzó su misión no hace mucho tiempo, y se nota.

No sé si Matt Reeves haya logrado la mejor encarnación de The Batman, pero ciertamente es muy interesante y ahora quiero ver cómo nos va a sorprender en el futuro.

Lo acontecido este fin de semana en Querétaro es un claro reflejo de lo que hoy es México: un país desquiciado. La polarización, la corrupción, la impunidad, la cultura que adora la violencia, y el clásico «no pasa nada» —y el neoliberalismo, agrega un personaje célebre de nuestro país— son los ingredientes que han permeado nuestra sociedad. A los que nos queda un poco de conciencia y pensamos en levantar la voz, nos aterra pensar en las consecuencias de señalar al violento, al corrupto, al criminal.

Mr. Rogers célebremente contaba que cuando veía cosas malas en TV, su mamá le decía «busca a los que ayudan, siempre encontrarás a gente que quiere ayudar». Este fin de semana, en la decena de crudos videos que circulan en redes, solo vi a una chica intentando jalar a un hombre inconsciente mientras que un par de enfermos seguían golpeándolo. Evidentemente no pudo hacer mucho y ahí se corta el video.

Me es muy difícil pensar que en un estadio casi lleno no fueran mayoría los que simplemente iban a ver un juego de pelota, pero ante estos desquiciados, nadie pudo levantar la voz, o la mano. Ya no sabemos a quién nos enfrentamos, pero sabemos que las autoridades no van a estar de nuestro lado para respaldarnos y garantizar nuestra seguridad.

Éramos más los buenos, ahora somos más los que simplemente no nos metemos en asuntos que —aparentemente— no nos importan (aunque claramente no es así, por eso la sociedad está sumida en este problema).

El tuit de Ana resume mi sentir hacia el futbol en general en los últimos años. Es un deporte que su mejor versión no está en España o Inglaterra; está en el pasado. Los últimos ídolos hoy se están retirando, el deporte se ha estancado y la estrategia ha sido plenamente optimizada para obtener el mayor beneficio de local y trabar y destruir el juego en calidad de visitante. El jogo bonito ha muerto, y lo mató todo lo que lo rodea.