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Un juego del cual no había escuchado nada hasta ayer, Downwell, es mencionado en casi todos los sitios que he visitado como el mejor de 2015. Para ser Octubre y para no haber tenido más noticias de él, es mucho decir esto.

Y sin embargo así es. Downwell podría ser el mejor juego de este año; un shooter al revés, con una estética pixelada, una curva de aprendizaje muy baja y una dificultad brutal. Vamos por puntos.

La mecánica principal pone de cabeza el esquema de los shooters, en donde controlamos tradicionalmente una nave o un personaje que va avanzando hacia arriba, disparándole a los enemigos en la parte de arriba. En Downwell es al revés; vamos cayendo en un pozo y los enemigos salen de abajo. Podemos caerles encima para destruirlos o dispararles …con nuestros pies. También, dentro de las mecánicas tenemos los upgrades: diferentes tipos de armas, que también restauran por un punto la vida, así que se convierten en una tentación cuando tenemos un arma buena, pero estamos a punto de morir—tal vez tengamos que sacrificarla por una peor para sobrevivir un poco más. Las gemas es el elemento principal del juego, ya que al morir, suman al acumulado que permite desbloquear nuevas mecánicas, pero dentro del juego también pueden ser gastadas para tener más energía o cargas para las armas.
Finalmente, entre nivel y nivel, podemos seleccionar una mejora permanente, que nos permite recargar cuando tomamos gemas (normalmente se recarga cuando tocamos el suelo), crear una explosión al saltar, cambiar armas al dispararles, entre otras.

En la parte visual, creo que es el perfecto ejemplo de embonar el aspecto estético con el juego, en varios sentidos. El primero es que no se requiere más; esto permite enfocar los esfuerzos a los otros elementos del juego. El segundo, y el más interesante, es que los colores blanco y rojo actúan también como guía de las zonas vulnerables de los enemigos; a los que podemos caerles encima, tienen la parte superior en blanco, mientras que a los que no son opción, son rojos parcial o totalmente.

El juego es muy fácil de tomar; con tres botones hacemos todo. Dos para movernos horizontalmente y uno para saltar y al que si presionamos una segunda vez, disparamos. Pero el juego es brutal; nuestra barra de energía nos permite sobrevivir hasta tres impactos, ya que con el cuarto estamos muertos y tenemos que comenzar desde cero.

Con el sistema de desbloqueo permanente a través de gemas, se redondea un concepto que de por sí ya era muy adicivo. Downwell logra seguir las instrucciones de las que se hablan en el mundo del game design; tener un concepto sencillo para seguir construyendo sobre este, además de mantener una estética suficiente para enfocarse a elementos más centrales.
Downwell cuesta tan sólo $2.99 dólares en Steam y solamente está disponible para Windows y iOS, pero para ser uno de los primeros juegos de un chico de 23 años de Tokio, es una obra maestra. Y sí, posiblemente uno de los mejores juegos de este año.