JUE. 4 JUN. 2015

Veda Electoral

4 de Junio. Hoy comienza la veda electoral, un concepto que el IFE INE define como un periodo de reflexión, en el que me permito expresar la propia.

Es inevitable dejar de ver el estado de nuestras ciudades como consecuencia de la propaganda política—la basura y el derroche de nuestros impuestos son sólo el síntoma del problema, del cual si vemos el panorama, encontramos uno mucho mayor: no hay propuestas. Hay promesas, las mismas de siempre: más seguridad, más empleo, mejor calidad de vida. Eso es obvio, el cómo y las justificaciones son la parte que nunca vemos.

Durante dos meses hemos sido bombardeados diariamente por los diferentes medios. Desde hace años he abandonado la televisión, pero es imposible escapar de la vorágine de pendones, espectaculares, panfletos, trípticos y largos comerciales en el cine. Todo esto es más o menos la misma situación que se han vivido por muchos años, y no sólo en México. El hartazgo de la clase política es un tema global, y mientras creo que definitivamente los gobernantes no suelen hacer bien su trabajo, tampoco nosotros. Esto lo tocaremos más adelante.

Lo que ha cambiado, yo no sé si para bien o para mal, es la desesperación de los partidos por convencernos, que los ha puesto en un estado mental en el que literalmente todo se vale. El ejemplo más claro es el del Partido Verde, que ha perdido la poca identidad que tenía en favor de la ecología para convertirse en una categoría propia; pasando convenientemente iniciativas de ley a pocos meses de la elección, recordándonos que sí cumplen, por más absurdas, desbordadas e irresponsables que resulten. Alguien dentro del partido habrá pensado qué va a pasar con los animales del circo al perder sus empleos? Ciertamente apoyo la moción, pero los problemas son mucho más difíciles que poner el estatus legal de una actividad como lícita o ilícita. Y si hablamos de cuidar animales, el tema de los toros es, creo, más escandaloso. Pero ahí nadie se atreve a entrarle.

El Partido Verde es el caso más sonado de estas nuevas estrategias de desesperación, pero hay muchas más. Los noticieros y las redes sociales nos han dado un montón de ejemplos de este payasismo electoral.

Suena a cliché, pero la culpa es de nosotros. Somos un pueblo que le gusta exigir, pero que se exige poco a sí mismo. Exigimos que los gobernantes respeten la ley, cuando nuestra vida está marcada por atajos ilegales; esperamos que el oportunismo y la corrupción sean castigados, pero nos regocijamos ante nuestros actos corruptos y festejamos a aquel que ha engañado por lucro. Pedimos que el Presidente nos comparta los tres libros que han cambiado su vida, pero el mexicano promedio probablemente no terminó de leer uno con gusto.

Y ese precisamente es la raíz de todos nuestros males: creemos que los seres humanos que están en los pendones y en sus sillas gobernándonos son superiores a nosotros, cuando la realidad es que son el promedio del pueblo: ese que no ha leído un libro por convicción propia, que piensa que el que no tranza no avanza, que se justifica a sí mismo que un pequeño acto de corrupción por aquí y otro por allá no afecta, ese que dice que todo mundo lo hace. Apuesto a que las voces más escandalosas y más exigentes son las que tienen menos calidad moral para juzgar, y eso es lo más preocupante. Tenemos el derecho, sí, pero tenemos la calidad moral? De eso no estoy tan seguro.

Los candidatos a representantes populares son sólo eso: representantes. No son más ni menos que nosotros, son nuestro promedio. Y si ese ciudadano promedio no ha leído más libros, no podemos esperar que el gobernante lo haya hecho. Por ahí podemos comenzar nosotros, después podríamos comenzar a llamarle a las cosas por su nombre: no es «picardía mexicana»; es corrupción. El siguiente paso podría ser apuntar los actos corruptos, primero los propios y después los ajenos. 
Si nos enfocáramos a hacer mejor nuestro trabajo y a tener un estándar más alto del que nos exigen, tanto en el trabajo, como en el tema educativo y cultural, creo que podremos salir adelante.

Es muy fácil echarle la culpa a los demás. Yo trato de no preocuparme mucho por eso y enfocarme a hacer bien mi parte.

Veda Electoral fue escrito por @rafael_soto_ el día jueves 4 de junio de 2015 a las 10:42 a. m.

Este post fue etiquetado: política reflexión México opinión

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