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De unos años para atrás, cuando me preguntan cuál es mi género de juegos favorito, mi respuesta es indie. Técnicamente no un género, pero estos pequeños equipos muchas veces toman muchos más riesgos que el resto de los grandes competidores, combinados. Hazelight probablemente no entra en este concepto ya que la empresa está compuesta por más de 50 empleados, pero ciertamente toma riesgos. A Way Out, en 2018 fue una experiencia refrescante en la que forzaron una experiencia multijugador de colaboración, y parece que van por más.

It Takes Two es su más reciente propuesta; una historia que relata el proceso de un matrimonio a punto de separarse y cómo la hija internaliza esta situación, creando personajes de plastilina de sus padres, de los que tomaremos el control y guiaremos por diferentes lugares de la casa, con el objetivo de volver al cuerpo original de ambos. En el transcurso, veremos impresionantes muestras de mecánicas enfocadas a la colaboración y gameplay asimétrico, así como partes que francamente no tenían cabida y la importancia de pulir niveles y capítulos enteros. Los altos de It Takes Two son muy buenos, pero los bajos son terriblemente planos. En ocasiones estamos disfrutando una experiencia francamente buena, mientras que en la siguiente hora somos parte de un juego de plataformas sin imaginación ni conceptos creativos.

El ritmo también es una de las partes débiles; en especial en las partes finales que aparenta estar a punto de entregarnos el desenlace y resulta que hay al menos tres horas extra de contenido.

En general, It Takes Two es una experiencia mixta que ciertamente trae conceptos interesantes acompañados de relleno probablemente ocasionados por una fecha límite muy corta. Esperemos que para la siguiente tengan un par de trimestres extra para terminar de pulir los conceptos, así estaremos hablando de un juego muy diferente.