Prácticamente por cinco años había convivido diariamente con Farwar. Al principio era el perro de mi novia, pues yo tenía el mío a un par de miles de kilómetros. Con el paso del tiempo, fuimos adaptándonos y entendiéndonos hasta tal punto que creamos una familia.

En esos cinco años los tres vivimos de todo, y tú y yo aprendimos a querernos y a valorarnos, tu extraña y muy particular forma de ver el mundo y demostrar afecto nunca dejó de sorprenderme. Y de hacerme feliz. A mi, y a todos los que te rodearon y conocieron.

Ayer, 21 de abril, dejaste de existir. Tuviste una semana muy difícil, y tras 15 años de vivir plenamente, decidimos agradecerte por todo y dejarte descansar por siempre.

Descansa en paz, Farwar. Cuídame a mi Foo.