MIÉ. 6 ABR. 2016

El Grito Que No Callará la FIFA

El famoso grito de cuando un portero despeja—el único e inigualable «eeh puto!» puede traerle serias repercusiones a la Federación Mexicana de Futbol, a la Selección y al futbol nacional en general. Tras una multa a inicios de año, el tema viene en serio, con amenzas incluso de quitarle puntos a la Selección. El motivo? La palabra tiene connotaciones homofóbicas.
 
Fuera de lo hipócrita que resulta FIFA al hacer esta acusación, en medio del mayor escándalo de su historia, este es un problema que simple y sencillamente no tiene solución. Y es uno tan complejo que debemos diseccionarlo.

Primero, en la cuestión etimológica, es un insulto. Claro y conciso, esta es la raíz de todo el asunto y queda bastante claro. Sin embargo, está fuera del contexto cultural.

En el aspecto cultural, México es un país muy diverso y rico; en climas, gastronomía, ideología, raíces y palabras. Una misma palabra puede tener diferentes significados de acuerdo al contexto: sólo hay que ver el verbo chingar.
En este sentido, utilizamos atajos lingüísticos para referirnos a una persona—con o sin respeto. No es poco común referirse a un amigo querido como idiota, wey o puto. Utilizamos el idioma —malamente— para poner estereotipos en otras personas. No es «manejas mal», es «manejas como mujer»; no es «eres ignorante», es «eres bien indio»; no es «no seas cobarde», es «no seas puto». Los ejemplos sobran.
Son expresiones sexistas, racistas y discriminatorias. Pero también nos hacen reír y disfrutar la vida. Si un comediante decidiera o fuera forzado a dejar de jugar con estas palabras, seguramente perdería su gracia, su audiencia y probablemente su trabajo.

El origen del asunto es el entretenimiento; la afición crea un mecanismo para divertirse, para intimidar al rival y para conectar con los suyos. En muchos estadios utilizan el sonido local para generar este ambiente, este grito surgió de forma orgánica, viral. Fue creado en Guadalajara y no pasó mucho tiempo para que fuera adoptado en todos los rincones del país, así como en el vecino país del norte. Y desde el último mundial, a nivel global.

Finalmente, en el plano futbolístico, la FIFA no puede callar a cien mil aficionados, pero puede solicitarle a la FMF que haga algo. Y eso es precisamente lo que hizo: un video pocas horas antes del juego para demostrar que se le han puesto recursos y esfuerzo, buscando conciencia y haciendo un llamado en contra de la discriminación, no haciendo mención al problema en sí.

Todo surge por un sencillo tema: lo políticamente correcto. El hecho de dejar de hacer comentarios si es que alguien se puede sentir ofendido, ha llegado demasiado lejos. Somos clichés, estereotipos, diversos y emocionales, pero también somos racionales, maduros y la vida nos ha golpeado y sabemos resistir uno o dos comentarios malintencionados sin despeinarnos —ahí con el perdón de aquellos lectores que no tengan cabello—.

No veo a FIFA con un castigo severo a la FMF; el incentivo económico es muy grande —con el perdón a la gente que es pequeña— como para dejarlo ir. La FIFA quiere que alguien haga algo, y la Federación lo hizo. Si fueran más sabios comprenderían esto.
El tema es cultural, de acuerdo, pero nadie lo va a cambiar. Lo que puedo ver que podría suceder es hacer una impresionante campaña de marketing para cambiarle al aficionado esa palabra por otra; pienso en el fua que fue usado en el Azteca en su propio apogeo―pero claro, esto no insulta al rival, así que tal vez no funcione.

En lo único que puedo concluir es una cosa: puto el que lo lea.

El Grito Que No Callará la FIFA fue escrito por fael el día miércoles 6 de abril de 2016 a las 9:40 p. m.

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