LUN. 22 DIC. 2014

Lecciones de Marketing del Restaurante Más Caro de México

Si el nombre de Enrique Olvera no les suena, es uno de los mejores chefs del mundo. El Pujol, su restaurante, está catalogado en el lugar #20 mundial sólo por debajo de tres restaurantes en todo latinoamérica. Como es de esperarse, es un restaurante muy caro, pero se ofrece una degustación de siete tiempos a un precio bastante atractivo. Mi novia, junto con algunos buenos amigos, decidieron que debíamos ir algún día. Honestamente, para mi no significaba tanto. Al salir, terminé maravillado.
Esta es una historia de cómo deleitar a los clientes.

El espléndido servicio comenzó antes de entrar al restaurante; en el valet. Pareciera que todos los servicios de valet parking son iguales, pero en un lugar como el Pujol debe marcarse la diferencia. Ya dentro, nos pasaron a nuestra mesa. El lugar es muy pequeño, sólo trece mesas, nos dijeron. Es obvio que este no es un restaurante comercial—está hecho a la medida en la que pueden no sólo servir a los clientes, sino deleitarnos.

Nuestra hostess nos recibe presentándose y mostrándonos la carta. Compuesta de siete tiempos, en cada uno de ellos degustaremos diferentes platillos, en los tiempos cuatro y cinco, podemos elegir una de las tres opciones; si pagamos un extra, podemos elegir dos en el tiempo cuatro. Pocos minutos después de tomarnos nuestra orden, nos sirven una bebida caliente. Nos explican es una infusión de hierbas y sirve para poner a trabajar el estómago. Los tiempos de preparación de los platillos son de más de 15 minutos, y en la espera, podríamos saciar el apetito; el cometido de esta bebida es prevenir eso. El sabor es poco agradable, pero la función está por encima de la forma en este caso.

Tras una breve espera, los cubiertos se ponen en la mesa y los platillos comienzan a llegar. Nuestra hostess nos explica brevemente cada uno de los tiempos, comentándonos, incluso, que algunos lo podemos comer con la mano. Al terminar cada tiempo, los cubiertos son retirados. Los bocados son pequeños, la idea es probar poco de todo, mi miedo es si al final de la cena me sentiré satisfecho.

El sexto tiempo es lo que se puede denominar como el cierre —son siete en total, el último es denominado final feliz, es el postre, nos comenta nuestra hostess—, es mole nuevo y mole viejo. Se ponen los dos para poder contrastar los sabores. Esperaba una pechuga bañada. Lo que llegó a mi mesa fue un platillo que vi con desilusión; el mole estaba solo. Al centro del plato, un mole más claro que el que lo rodeaba. El mole viejo era el más oscuro. Hay tortillas para acompañar. Mientras que el mole nuevo no era algo que jamás haya probado, el mole añejado era tan suculento que mi desilusión desapareció tan rápido como mi platillo.

El final feliz fue una gentil selección de bocadillos de cinco postres, una agradable sorpresa, ya que sólo esperábamos uno. Cuando acabamos, ya teníamos dos horas y media. Pedimos la cuenta y salimos. La experiencia fue tan destacable que no puedo evitar escribir estas líneas, y, desde el punto de vista de marketing, la experiencia es redonda por todos lados.

Las lecciones

Comencemos por el clásico marketing mix, las cuatro Ps de mercadotecnia:

Pero eso no es todo, hay otros factores importantes:

En resumen, Enrique Olvera ha creado algo espectacular. La experiencia del Pujol es redonda, cada uno de los elementos trabajan en función de un mismo fin. Incluso los elementos negativos, ya que algunos de los platillos se comían con tortillas, que nos traían en cantidades insuficientes y la espera de más no era breve—pero habla del compromiso con la calidad, las tortillas estaban hechas a mano. Podrían habernos servido de otras, pero si eso comprometía calidad, era mejor hacer esperar al cliente, aunque eso signifique sacrificar la experiencia.

En esa noche descubrí otro nivel de calidad en la comida, uno que no pensé que existiera. Junto con el mole, mi highlight de la noche fue el taco de barbacoa y el pulpo. Espero algún día podamos trabajar con ellos, ya que el sitio web es parte de la experiencia, y no es tan bueno como su restaurante.

Lecciones de Marketing del Restaurante Más Caro de México fue escrito por fael el día lunes 22 de diciembre de 2014 a las 12:37 a. m.

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