JUE. 13 ENE. 2011

Hoy Por Tí, Mañana Por Mí

Hace poco leí una de las mejores historias en reddit. Y tiene que ver con mi cultura, lo que de alguna forma me pegó incluso un poco más. Pensé en publicarlo aquí, pero dudé. Ayer, con la lista de las nominaciones a lo mejor de reddit en el 2010, encontré una segunda oportunidad y me decidí a traducirlo.

Es impresionante la inspiración que puede caber en tan pocas líneas. Esto sucedió en EUA, así que podría carecer un poco de sentido —como en las series o películas en inglés que doblan cuando van a un país de habla hispana—, pero no es mucho.

Casi siempre que veo a alguien, me paro. Más o menos perdí el hábito en los últimos años, me mudé a una ciudad grande y todo eso, además mi novia no se siente muy bien con esta práctica. Entonces, me pasaron cosas que me cambiaron y ahora he vuelto a ofrecer aventones habitualmente. Si me perdonan, esta es una larga historia y no tiene nada que ver con los aventones a parte de que me sucedió en una carretera.

Este último año tuve tres accidentes en carro. Una llanta explotó en una carretera, unos fusibles tronaron y una vez se me acabó la gasolina. Todos ellos mientras manejaba los carros de otras personas que, por alguna razón, lo hace peor en un nivel emocional. Y también en un nivel práctico, ya que en mi carro usualmente cargo cosas como un gato hidráulico y fusibles extra y lo conozco lo suficiente para no estacionarme de bajada cuando tengo menos de un galón de gasolina.

De cualquier forma, cada vez que me pasaban estas cosas, estaba DESILUSIONADO de cómo la gente no se molesta en ayudarme. Horas al costado de la carretera esperando, viendo vehículos de asistencia en el camino pasar sin verme. Las 4 gasolineras en las que pedí prestado un garrafón me dijeron que no podían prestármelo “por mi seguridad” pero podía comprar uno de un galón sin tapadera por $15 dólares. Suficiente para decir cosas como “este país se está yendo al infierno”.

Pero saben quién me ayudó en cada una de las tres veces? Inmigrantes. Mexicanos. Ni uno hablaba ni poquito inglés. Pero uno de estos tipos tenía un profundo afecto por mí.

Él era el tipo que se detuvo para ayudarme con una llanta con su familia de 6. Estuve al lado de la carretera por casi 4 horas. Jeep grande, con la llanta de atrás reventada, tenía una extra, pero no un gato. Tenía grandes letreros en las ventanas: NECESITO UN GATO y ofrecía dinero. Nadie. Justo cuando estoy por rendirme y caminar una van se detiene y un tipo se baja. Ve la situación y le llama a su hija más pequeña que habla inglés. Él me hace saber que trae un gato, pero es demasiado pequeño para el Jeep así que hay que improvisar. Saca un serrucho de la van y corta un árbol caído al costado de la carretera. Lo ponemos debajo del carro, el gato encima del tronco y está listo. Empiezo a quitar la llanta y, si pueden creerme, rompo su cruz. Era uno de los que se colapsan y no fui suficientemente cuidadoso y lo rompí. Chingado.

Sin alterarse, le entraga la camioneta a su esposa que se va a comprar otra cruz. Vuelve a los 15 minutos y terminamos el trabajo sudando un poco y algunas malas palabras (maldito tronco, estaba a punto de romperse), y soy feliz. Los dos sucios y con sudor. La esposa saca un garrafón grande de agua para lavarnos las manos. Trato de poner un billete de $20 dólares en la mano del hombre pero no lo acepta, así que en lugar de eso se lo di sigilosamente a su esposa. Les agradecí. Le pregunté a la niña dónde vivían, pensando que les podría enviar un regalo por ser tan increíbles. Me contesta que viven en México. Están aquí para que mami y papi puedan recoger duraznos en las próximas semanas. Después van a recoger cerezas y volverán a casa. Me pregunta si comí, cuando le dije que no me dio un tamal de una hielera, el pinche mejor tamal que he comido en mi vida.

Ahora, para clarificar, una familia que es más pobre que tú, yo y prácticamente todo mundo en esa carretera, trabajando de forma temporal donde el tiempo es dinero, tomó una hora o dos de su día para ayudar a un sujeto desconocido al lado de la carretera donde gente con grúas simplemente me pasaban. Wow…

Pero aún no acabo. Les doy las gracias otra vez y me subo a mi carro y abro la envoltura del tamal porque me estoy muriendo de hambre y qué encuentro adentro? Mi pinche billete de $20! Me bajo y corro a la camioneta y el tipo baja su vidrio. Ve mi billete en la mano y mueve la cabeza diciéndome que no lo aceptará. Todo lo que puedo decir es “por favor, por favor, por favor”. Él sólo sonríe, mueve su cabeza y con lo que parece una gran concentración, hace lo mejor para hablarme en inglés:

“Today you…. tomorrow me.”

Sube su ventana y vuelve a su camino, su hija se despide desde el vidrio de atrás. Me siento en mi carro comiendo el mejor pinche tamal de la historia y lloré. Como una niña. Tuve un año difícil y nada fue lo que esperaba. Esto estaba tan fuera de lo ordinario que no pude contenerlo.

Desde lo 5 meses, he cambiado un par de llantas, dado un par de aventones a gasolineras y, una vez, me desvié 80 kilómetros de mi camino para llevar a una chica al aeropuerto. No acepto dinero. Cada vez les digo lo mismo cuando se bajan:

“Hoy por mi, mañana por ti.”

Es grato saber que no todos los gringos nos ven mal. Los latinos siempre nos hemos distinguido por ser una cultura muy familiar, cálida y generosa. Es común esa frase de “hoy por tí, mañana por mí”, aunque hace rato que no la escucho. Y es muy satisfactorio saber que otros están hallando inspiración en algo tan nuestro y están replicándolo.
Hay otra frase muy de ellos: “pay it forward”, o “págalo por adelantado”.

Si han hecho algo por alguien hoy, o han recibido algo hoy, me encantaría leerlo. Da esperanzas de que no todo está perdido.

Hoy Por Tí, Mañana Por Mí fue escrito por fael el día jueves 13 de enero de 2011 a las 9:13 p. m.

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